Flamante estadio, amargo debut

Primero jugaban sin techo en el Texas Stadium para que Dios pudiera ver sus juegos, un día Dios se cansó de verlos perder y les pidió que le pusieran techo a su nuevo estadio, el Cowboys Stadium.

En la segunda fecha de la NFL y con un clásico de la División Este de la Conferencia Nacional entre los Vaqueros de Dallas y los Gigantes de Nueva York, se inauguró el nuevo estadio de los de Texas.

Techo retráctil, enormes puertas de vidrio en las cabeceras y un valor de 1, 150 millones de dólares son algunas de las características del nuevo y flagrante estadio de los Vaqueros de Dallas, el Cowboys Stadium, que para el juego inaugural, registró un total de 105 mil 121 aficionados, implementando una nueva marca de accesos en temporada de la NFL; rompiendo el récord anterior impuesto en el Estadio Azteca para el partido de Arizona contra San Luis, donde entraron 103 mil 467 personas.

Sin embargo, para la inauguración tan esperada del nuevo estadio de los Vaqueros faltó un detalle... que el equipo local obtuviera la victoria. La inauguración del Cowboys Stadium resultó manchada para el aficionado pues los de Nueva York obtuvieron la victoria en la última jugada.

Dallas 31-33 Nueva York, era lo que mostraba la pizarra al final de un encuentro en que los Vaqueros fueron víctimas de sus propios errores. Entregas de balón, indecisiones tanto a la ofensiva como a la defensiva y mala lectura de los movimientos ofensivos del rival, entre otros, fueron los pecados de los locales, quienes al final terminaron pagando caro, pues con una patada de gol de campo, en la yarda 20 y a 4 segundos del final, fueron derrotados.