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Algo que aprender...
Posted by oMaR
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9:36 PM
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De todo y de nada
http://amis95.blogspot.com/Por la noche, revisaba mi twitter y veía que un amigo, @enriquefa86, mandaba un mensaje en el que se mencionaba que había muerto "la blogger más viejita"; con curiosidad, le di click en el link que adjuntó y grata sorpresa fue la que me llevé al encontrarme con el blog de María Amelia, una señora que hasta el jueves, se preservaba como la persona de mayor edad en el mundo de los blogs.
Muchas personas pensarán que es una lástima y a otras tantas le dará lo mismo; sin embargo, al igual que sucede con los libros, las canciones o las películas, los momentos o sucesos de la vida, parafraseando al semiólogo Charles Sanders Pierce, pueden significar un algo para alguien bajo cierta circunstancia. Actualmente, estoy bajo una cierta circunstancia de la que se desglosan ciertos problemas de carácter comunicativo, por ello hablar de esta muerte y de lo hecho por la persona, significa algo para mí.
Al entrar al blog de María Amelia, cosa que les recomiendo mucho, realmente quedé asombrado, muchas veces con soberbia pensamos que sólo las generaciones contemporáneas son las que saben usar las cosas y hasta hay quienes andan diciendo por ahí que los demás no saben usar los nuevos medios, como si fueran unos expertos o como si sólo ellos fueran los conocedores. Con el caso de María Amelia es completamente lo distinto, pues sin tanto alarde y con toda su sabiduría, entendió lo que muchos tardamos en comprender: el poder de la comunicación.
Así es, María Amelia entendió algo que muy pocos hacen, por más que estudien Comunicación y se la den de muy éticos; ella entendió que la comunicación es una herramienta valiosísima, con la cual se transmiten palabras o conceptos que se convierten en conocimientos y, a su vez, en experiencias, pero más importante resulta el hecho de que entendió que para usar esa herramienta no hay límites.
Actualmente, las personas se asustan con el poder que tiene la comunicación, el cual se ha visto potencializado con medios como el blog y twitter; por ello, muchas veces, esas personas, tratan de callar las opiniones de los demás, aún si esto no les incumbe. Es así que lo único que le queda a todo aquel que defiende, entiende y observa a la comunicación como la gran cosa tan majestuosa que es, es seguir hablando, es seguir haciendo ruido y no callarse.
Gracias María Amelia, por demostrar que para comunicarse no hay edad, pero sobre todo no hay límite alguno.
Muchas personas pensarán que es una lástima y a otras tantas le dará lo mismo; sin embargo, al igual que sucede con los libros, las canciones o las películas, los momentos o sucesos de la vida, parafraseando al semiólogo Charles Sanders Pierce, pueden significar un algo para alguien bajo cierta circunstancia. Actualmente, estoy bajo una cierta circunstancia de la que se desglosan ciertos problemas de carácter comunicativo, por ello hablar de esta muerte y de lo hecho por la persona, significa algo para mí.
Al entrar al blog de María Amelia, cosa que les recomiendo mucho, realmente quedé asombrado, muchas veces con soberbia pensamos que sólo las generaciones contemporáneas son las que saben usar las cosas y hasta hay quienes andan diciendo por ahí que los demás no saben usar los nuevos medios, como si fueran unos expertos o como si sólo ellos fueran los conocedores. Con el caso de María Amelia es completamente lo distinto, pues sin tanto alarde y con toda su sabiduría, entendió lo que muchos tardamos en comprender: el poder de la comunicación.
Así es, María Amelia entendió algo que muy pocos hacen, por más que estudien Comunicación y se la den de muy éticos; ella entendió que la comunicación es una herramienta valiosísima, con la cual se transmiten palabras o conceptos que se convierten en conocimientos y, a su vez, en experiencias, pero más importante resulta el hecho de que entendió que para usar esa herramienta no hay límites.
Actualmente, las personas se asustan con el poder que tiene la comunicación, el cual se ha visto potencializado con medios como el blog y twitter; por ello, muchas veces, esas personas, tratan de callar las opiniones de los demás, aún si esto no les incumbe. Es así que lo único que le queda a todo aquel que defiende, entiende y observa a la comunicación como la gran cosa tan majestuosa que es, es seguir hablando, es seguir haciendo ruido y no callarse.
Gracias María Amelia, por demostrar que para comunicarse no hay edad, pero sobre todo no hay límite alguno.
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