En espera de una respuesta

Como se habrán dado cuenta, en el post anterior hago, sino un ataque como tal, si una mención a una situación que actualmente me sucede y que me mantiene ciertamente molesto.

Honestamente, me cansé del típico "está mejor así, no le muevas" y del "ya no digas nada, para qué quieres más". Y me cansé porque realmente no iba a dejar de expresarme, menos siendo que estudio Comunicación y que veo día a día la manera en que, por el hecho de callarnos y de evitar las opiniones, ésta se ve afectada por los que tienen miedo a dialogar, a hablar, a dejar que los demás comenten, que expresen.

Esta decisión, por supuesto que no es tomada a la ligera, la tomo considerando todo lo sucedido, el entorno y motivado por una enseñanza de Francisco Prieto, un maravilloso profesor de Géneros Periodísticos Interpretativos, quien me hizo ver que el comunicarse por cualquier medio, más aún cuando debates o dialogas sobre algún tema en que hay dos vertientes totalmente diferentes, lo único que provoca es un enriquecimiento en los demás, ya que pueden ver los distintos puntos sobre un mismo tema, "casi como si el evento se desarrollara ante sus ojos", me diría el profesor antes mencionado.

La enseñanza de mi profesor se dio mientras comentaba el caso de dos escritores de quienes no recuerdo su nombre, exactamente; ambos tenían diferencias intelectuales, por lo que un día uno de ells escribió sobre esas diferencias; el otro, por su parte, contestó a ese comentario. Fue así que se comenzó una batalla por escrito entre ambos. Un día, uno de ellos es encontrado en el Aeropuerto y algunos periodistas se acercan para preguntarle sobre su situación con el otro; uno de los reporteros le pregunta qué era lo que pensaba del otro escritor, a lo que éste contesta, sorprendiendo a todos: "Es una persona maravillosa y más grande escritor, que bueno que nuestro mundo tiene pensadores como él que enriquecen nuestros conocimientos; tengo algunas diferencias con lo que ha opinado, pero estoy feliz de poder dialogar con tan grande escritor."


Impresionante respuesta, ¿no? Creo que así deberían ser todos los casos de confrontaciones, en especial el que me acontece; en lugar de hablar a las espaldas, andar levantando falsos o querer anticipar las reacciones y respuestas del otro, llegar a un dialogo sin sentimientos personales, sin ofensas, en el que la gente pudiera conocer y enriquecerse de alguna forma u otra con lo expresado por las partes inmiscuidas.

Por supuesto que no quiero decir que hay que convertir la vida personal en pública, pero por lo menos en mi caso, dadas la miles de versiones de la situación creadas últimamente y la cantidad de personas inmiscuidas, consideraría sensato mostrar por escrito, públicamente y dialogando, la situación vista desde ambas partes.

Sé que en este peculiar caso resulta imposible, es más casi ilógico, pero honestamente, nada perdía con expresar mi sentir.