El mejor subcampeón mexicano

Sin embargo, como siempre sucede en las finales, nos olvidamos del perdedor, que, en esta ocasión, es ya un perdedor recurrente de finales: el Cruz Azul.
Que complicada la situación para los Cementeros del Cruz Azul. ¿Cuántos equipos pueden hablar de llegar a tres finales en un año, dos en el torneo local y una en torneo internacional? pocos realmente y cuando se habla de ellos, se les refiere como equipos con un gran juego y en un excelente nivel; sin embargo, con el Cruz Azul eso no pasa, pues ha perdido las tres finales que ha disputado, en el actual torneo local quedó de último de la Liga y todo esto, sin mencionar la gran cantidad de problemas administrativos que tiene.
Muchos podemos decir que el problema es el presidente del club, Guillermo Álvarez, quien después de haber colocado al club como uno de los más grandes durante los 80's y 90's, parece haberse enfermado de poder, lo cual lo ha llevado a tomar decisiones ridículas que van desde contrataciones de jugadores que no sirven para nada, más que para succionar el dinero del club, hasta enlaces con representantes y promotores que sólo ven el beneficio propio.
Aunque, en cuanto al punto anterior, hay que reconocer que no es "El Billy" Álvarez quien pierde los partidos, son los jugadores y el cuerpo técnico, los cuales no muestran ningún interés y, a diferencia de los históricos que vestían la playera azul como tatuada en la piel, parecen desencantados con el equipo.
Sin embargo, las complicaciones del Cruz Azul no sólo son internas, el problema también está en la estructura del fútbol mexicano, que además de sólo querer obtener el beneficio económico para los dueños de los equipos, se presta para la corrupción y los malos manejos.
Cruz Azul no está enfermo por él mismo, está enfermo, al igual que otros equipos grandes y no tan grandes, del fútbol mexicano y de sus dirigentes, quienes no permiten el desarrollo deportivo, pues antes que nada están sus lujos y beneficios.